Tras la obtención del vino base y provocada la segunda fermentación ha pasado, nada más y nada menos, cuatro años en contacto con sus levaduras antes del degüelle, tras el cual no se ha adicionado nada de azúcar.

Siempre me ha gustado la música de Benito Lertxundi. Su emotivo “Baldorba”, me hizo situar por primera vez en el mapa esta zona de Navarra también conocida como Orbaibar o Valle de Orba.

Fue un Febrero de 2005 cuando nos escapamos por primera vez a conocerla. Recuerdo unos días maravillosos disfrutando de preciosos paisajes de invierno y una rica gastronomía, con la caza y la trufa como protagonistas. Aquellos días tuvimos la suerte de visitar a un par de productores muy especiales. Hoy quiero hablaros de uno de ellos.

A comienzos del siglo XX, cuando la plaga de filo-xera había arruinado la viticultura en Navarra, el joven José María Ibáñez fue becado por las instituciones del momento para aprender, en la región de Champagne, el proceso de elaboración de sus reputados espumosos. Tras la experiencia vivida, decidió poner en práctica los conocimientos adquiridos y fundó su pequeña bodega en el pueblo de Oloritz, bajo el nombre de Basondoa. Ya desde el comienzo apostó por variedades locales de uva y sus vinos gozaron de éxito tanto en el mercado local como en el de exportación. Obtuvo el reconocimiento por parte de las autoridades locales, quienes agasajaban a sus ilustres invitados en las celebraciones con el espumoso del joven Ibáñez. Su esmerado método y cuidado por los detalles fue trasladándose de generación en generación, llegando finalmente hasta Mitxel Ibáñez, actual continuador de un legado de más de cien años.

Su escasa producción en los últimos años ha permitido un cierto anonimato y un consumo principalmente entre clientes particulares y amigos de la casa, con lo que rápidamente se agota la producción año tras año. De la añada 2016 se han producido tan sólo 7.800 botellas. La garnacha tinta con que se ha elaborado procede de un viñedo de 25 años de producción ecológica, ubicado en Irunberri-Lumbi-
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, sobre suelos de margas arcillosas combinadas con tierras calizas, a una altura de 475 m.s.n.m. Tras la obtención del vino base y provocada la segunda fermentación ha pasado, nada más y nada menos, cuatro años en contacto con sus levaduras antes del degüelle, tras el cual no se ha adicionado nada de azúcar.

Este Basondoa Blanc de Noirs Brut Nature es un excelente vino espumoso. Visualmente atractivo, gracias al ligero contacto de las pieles tintas con el mosto y esa sucesión de minúsculas burbujas subiendo ordenadamente a la superficie. Su nariz es fina y elegante, perfectamente perfilada por el prolongado tiempo de maduración en la bodega, con aromas que van surgiendo de manera pausada, casi como un susurro que cuenta historias al oído. Pero es en la boca donde el vino muestra todo su esplendor. Burbuja delicada, fina, cremosa, acompañada de muy buena frescura, sapidez y profundidad. Una delicia.

Cada vez que abro una botella de Basondoa no puedo evitar emocionarme recordando aquellos maravillosos días recorriendo el valle, mientras resuena en mi cabeza la preciosa melodía de Benito Lertxundi.

¡Salud!

 

ESSENCIA DE VID (Dani Cormán)

Fuente: https://www.ondojan.com/la-revista/esencia-de-vid/item/1498-basondoa-el-susurro-de-la-baldorba.html